Hoy la liturgia nos propone diversos textos para reflexionar en este día en que recordamos a los fieles difuntos, nuestros hermanos que nos precedieron y que ya están en el lugar preparado por Jesús porque nos dijo: *”En la casa de mi Padre hay muchas moradas” (Jn 14, 2)*. Hoy oramos por nuestros hermanos difuntos que nos han precedido, son muchos los que hemos conocido a lo largo de nuestra vida, y cuanto más camino hemos andado, más habremos conocido. Ellos supieron en su vida la gran verdad, la única verdad para vivir; seguir a Jesús que es camino, verdad y vida. (cfr Jn 14, 6). Pero seguir a Jesús, muchas veces encontramos el camino lleno de muchas dificultades y nos desesperamos y flaqueamos; y seguir a Cristo como verdad de vida supone una entrega continua. Vivir, ser felices o bienaventurados, a veces significa también perder la vida. Nuestros hermanos difuntos encontraron, a lo largo de su vida, momentos de debilidad, hoy oramos por ellos, hoy con nuestra oración y recue