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ESCATOLOGÍA Y UTOPÍA. ¿Son Contradictorios según Joseph Ratzinger?






Hay un artículo escrito por el entonces Cardenal Joseph Ratzinger, que se recomienda leer, fue publicado en Selecciones de Teología en la edición de Octubre - Diciembre de 1979.

En este artículo donde J. Ratzinger nos plantea y contrapone estos dos conceptos, es al principio poco claro poder responder la interrogante sin antes comprender el pensamiento del autor y sus referencias a estos.

Joseph Ratzinger, no es un pensador sistemático en el sentido habitual del término, pero sí profundamente orgánico en sus desarrollos. Los principios de Cristo y de sus correlativos amor, verdad y belleza nos sirven para circunscribir el pensamiento teológico de Joseph Ratzinger. Para él la teología ha de beber en la Escritura y la liturgia, leídas y recibidas en la tradición viva de la Iglesia. 

En la teología de Joseph Ratzinger vemos una síntesis madura de los logros alcanzados por los movimientos bíblico, litúrgico, ecuménico y patrístico de los años anteriores al Concilio Vaticano II, así como de la mejor teología del siglo XX. En su pensamiento teológico, los principios de la Escritura y la liturgia, la persona y la Iglesia, la razón y la teología de los Padres ocupan un lugar central y estructural. La “experiencia del concilio” marca de modo profundo su visión teológica. Temas como María, el ministerio, las religiones o la relación entre la Iglesia y el mundo han de ser vistos «en la continuidad de la renovación del único sujeto Iglesia», tal como propuso en su discurso ante los cardenales —ya como papa— del 22 de diciembre de 2005. Su experiencia como pastor —obispo, prefecto y sucesor de Pedro— le han ayudado a detectar la llamada «crisis del primer posconcilio», a la vez que le han ofrecido una mayor amplitud y universalidad a su teología. Se podría decir que esta se ha “globalizado”. Toda gira en torno a los mencionados amor, verdad y belleza encarnados en la Persona de Jesucristo.

 

Ahora bien, en lo relativo al tema que se nos plantea y teniendo en cuenta el pensamiento del prelado alemán, el mismo inicia haciendo una aclaración de los términos del artículo que queremos analizar:

Escatología y Utopía son dos conceptos muy diversos por origen y contenido. Sólo coinciden en la idea de un futuro mundo mejor y en el estímulo de la esperanza. Por ello, para poder compararlos, es preciso en primer lugar aclarar el contenido exacto de cada una de las dos palabras.”

Ratzinger formula el problema de relaciones entre el concepto cristiano de la escatología y el concepto filosófico de utopía, desde ya podemos ver como a pesar de que se plantea un problema hay una relación entre las dos ciencias que integran perfectamente y podemos decir que el destino de la filosofía y de la teología nunca está del todo diferenciado, ni en el origen primero ni en el momento actual. Por lo que con esto ya podemos ir suponiendo la respuesta a la pregunta en cuestión.

En el artículo analizado vemos como Ratzinger, nos propone los orígenes y nos define ambos conceptos, sobre la utopía nos dice que “tiene su origen en la filosofía del Renacimiento y en Tomás Moro. Es una forma de filosofía política que podría caracterizarse como platonismo con elementos cristianos. Retoma aquella empresa de construir un estado ideal, que Platón fue el primero en proponerse.”

Con esto y como desarrolla la idea que lleva a definir que la utopía es medida ideal de justicia y de derecho que sirve para medir críticamente la realidad política, finalmente nos dice que “Es una filosofía práctico-política inserta en una trama de pensamiento ontológico.”

Pero ¿qué es la ontología? Como definición sencilla podemos decir que la ontología es la parte de la metafísica que estudia el ser en general y sus propiedades.

Ahora en lo relativo a la escatología nos propone una definición que reza así: “La escatología, por el contrario, es una expresión de fe. Apoyándose en la profesión de la resurrección de Jesús, anuncia la resurrección de los muertos, la vida eterna y el reino de Dios. En realidad, implica una cierta mezcla de la fe cristiana y de la búsqueda griega de un logos: de una razón que haga comprensibles las cosas. Es un esfuerzo por expresar la lógica interna de los asertos cristianos relativos a la vida eterna y a las relaciones Dios-hombre-mundo.”

Interesante que en este punto nos señala el punto en común en ambas, la búsqueda de sentido entre las relaciones Dios-hombre-mundo. Y luego enfatiza la diferencia entre ambas con estas palabras, “la utopía llama al obrar humano dirigido por la razón práctica, mientras que la escatología se dirige a la paciencia receptiva de la fe.” E inmediatamente después.  “El que esta diferencia sea superable depende de si fe y razón, recibir y crear, se hallan mutuamente relacionados e interpenetrados, o no.”

Utiliza Ratzinger cuatro modelos fundamentales parta expresar las relaciones entre la utopía y la escatología.

·         El Modelo Milenalista. Es una representación que, aunque tiene que ver con la escatología, no se contenta con ella, sino que construye un duplicado terreno e histórico de lo ultraterreno y metahistórico. Lo decisivo del proyecto milenarista es la espera de una situación intrahistórica de salvación, que supera las posibilidades de la acción política pero que ha de ser provocada con medios políticos.

·         El Modelo Eclesiástico o de Síntesis. Este se presenta hoy sobre todo bajo la forma de la teología de la liberación y su atractivo deriva de su cercanía al desarrollo de los motivos históricos y a la dirección de las realizaciones humanas. Identifica en este método un ligamen entre ambas “Y aquí radica el lazo entre escatología y utopía tal como Platón nos lo ofrece: que individuo y comunidad sólo pueden subsistir sí existe un orden del ser, más amplio que ellos y justo, con el que puedan medirse y ante el que puedan ser responsables ambos.”

·         La Comunidad Utópica de los Monjes. En este planteamiento Ratzinger considera que la utopía aparece como parcialmente viable por la fe. Se cita lo que deja como conclusión en este apartado, “Por más medievales y monásticas que sean sus expresiones, es innegable que con ello se ha abierto estructuralmente el camino que lleva a Hegel y a Marx: la historia es un proceso hacia adelante, en el que el hombre construye activamente su salvación, la cual no es recognoscible desde la lógica del presente, pero está garantizada por la lógica de la historia.”

·         El Proyecto Evolucionista de Teilhard de Chardin. Este relaciona la escatología con la teoría de la evolución y denomina a Cristo como “punto Omega”, relaciona la visión del Nuevo Testamento con la visión escatológica y con la fe en Cristo. Sin embargo Ratziger señala que a Teilhard le falta una filosofía histórica y la ausencia de un programa político concreto y concluye “Sería la fe en la ciencia lo que aquí recibe unos rasgos míticos, con el peligro de una caída en ese tipo de resignación que consiste en atenerse exclusivamente a lo manipulable”.

Con lo expuesto el autor, plantea que la función de la utopía deber ser dilatar el concepto de razón de manera que no plante solamente cuestiones que tienen prueba empírica. En este contexto, por su parte, la escatoligía no se considera un “suplemento teológico de derecho penal” en donde el clero junto con el estado administra sanciones. Esto generaría una reacción de temor y egoísmo. La escatología se espera que reconozcacomo realidad no sólo el provecho sino los valores y, a partir de ahí, posibilitar un obrar fundadamente humano. “

Con estos elementos no se encuentran elementos propiamente contradictorios sino complementarios en muchas vertientes, entre la escatoligía y el concepto filosófico de la utopía.

Referencias Bibliográficas

La teología de Joseph Ratzinger. Una introducción, Palabra, Madrid 2011, 427 pp.

Joseph Ratzinger. Una biografía (Pamplona 2004)


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